Igualdad de Género
Igualdad de Género: objetivo mundial, reto individual.
Hombres y mujeres, seres de la misma especie, con características biológicas diferentes, pero con igualdad de derechos, es lo que se pregona desde diversos textos internacionales basados en los derechos humanos hasta ser reconocido como un principio jurídico universal, tales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1979.
En esta línea de pensamiento y generada la hoja de ruta para volverlo realidad contamos desde el año 2015 con una agenda trazada de claros objetivos en pro del desarrollo sostenible por parte del PNUD que entre ellos señala:
“Objetivo 5.- Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”
La puesta en marcha de acciones para alcanzar el cumplimiento de este objetivo supone un desafío que ha desencadenado una serie de eventos, reuniones, conversatorios, planes de acción, normativas, entre otros, creados desde cada país para que las estadísticas reflejen avances significativos de cara el 2030; más su consecución se está volviendo algo lenta como es el caso de España que visibiliza apenas alcanzar un 12% de cumplimiento para ese año.
A propósito de este desafío estatal, las leyes han surgido no sólo para reconocer derechos sino para a través de sus reglamentos dar las directrices que permitan garantizar esta anhelada igualdad de género, encontrando que en el Ecuador surge la “Ley Orgánica para Impulsar la Economía Violeta”, el 20 de enero de 2023 y su Reglamento de aplicación el 24 de noviembre del mismo año, tendiente a impulsar la igualdad de las mujeres en su participación en las empresas tanto públicas como privadas en las mismas condiciones que los hombres, obligando a contar con Planes de Igualdad a partir de una plantilla de 50 trabajadores.
Pero no debemos pensar en crear letra muerta sólo por cumplir con un requisito legal, sino de realizar un verdadero diagnóstico participativo, donde se pueda no sólo conocer las necesidades de balancear cifras de trabajadores, sino de dar paso a cargos de dirección y responsabilidad a las mujeres, de promover sus logros profesionales y estimular la constante formación en pro de la empresa, sensibilizarnos ante situaciones que lo ameritan y remunerar de igual manera que a los hombres por su desempeño.
En el título de este artículo de opinión hago alusión al objetivo mundial y el reto individual, consciente, de que en efecto, el mundo entero a través de sus gobernantes generan políticas públicas sustentadas en normas para cumplimiento de una agenda de trabajo; más sin embargo, considero que la primera barrera que debe romper la mujer está dentro de ella misma, es el temor actuar, a lanzarse, atreverse, a ir por más, dejar de autoflagelarse por las tradiciones, costumbres familiares o sociales que le imponen patrones a seguir de vieja data, frente a un presente totalmente distinto y un futuro tecnológico arrollador, conscientes de que ello implica tener también una mejor salud emocional.
Siguiendo el mismo hilo conductor, el reto individual es aplicable también al hombre, cuya mente debe estar receptiva al cambio de esquemas y presto para la cooperación y trabajo en equipo, sin que ello signifique hacer de menos sus capacidades, pero sí dejando camino a la aceptación de las opiniones, apoyo, colaboración y hasta dirección femenina según sea el caso de su entorno laboral, familiar o social.
En países muy desarrollados como Arabia Saudí es plausible que el 42% de las mujeres sean quienes dirigen las empresas y que no sólo tengan mano de obra local, sino que den oportunidades a talentos internacionales, como es el caso de muchas profesionales españolas que trabajan en mega proyectos de ese país.
Destacable también el surgimiento de mujeres lideresas jóvenes, con gran potencial tecnológico, de negociación y dirección como ocurre en España y el apoyo a las denominadas “incubadoras” como proyectos de emprendimiento sostenibles para jóvenes.
Al ser el día 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer y por ende dedicado a celebrar los logros de las mujeres y a buscar la igualdad de género, se desarrollan eventos alusivos para conocer y fomentar este objetivo en cada país, como es el caso de la ciudad de Barcelona – España, quienes por cuarta vez consecutiva reúnen a mujeres destacadas en diferentes áreas para conocer sus experiencias, desafíos y sugerencias que permitan ir corrigiendo errores, promover el empoderamiento femenino y romper esos “techos de cristal o suelos pegajosos” que les toca pasar en el desarrollo de sus logros empresariales.
Debemos ser conscientes de la matriz productiva que le provea mejores días al Ecuador y empezar a forjar niñas con visión de sustentar en el tiempo las acciones que como mujeres vamos legando en el presente, no sólo en las ciudades sino desde lo rural; ante ello resulta imprescindible que la educación vaya de la mano con las necesidades empresariales para que las y los profesionales puedan tener plazas de trabajo en sus territorios y no precisen emigrar en post de mejores días.
Las acciones que se despliegan en la actualidad como sociedad deben tender a rescatar los principios y valores que parten desde las familias, educando a los hijos e hijas en la misma línea de cooperación de las tareas del hogar y fomentando en ellos el deseo de ser profesionales en las carreras que les gusten sin que tengan que ser consideradas como “carreras u oficios exclusivos” para un determinado género.
Poder ser partícipe del evento Barcelona Woman Aceleration Week 2024, me ha significado una experiencia seductora a ir por más como C.E.O. de VES Soluciones Empresariales, poder generar con mayor experiencia no solo la creación de Planes de Igualdad para las empresas de mi país en aplicación de la nueva Ley y su reglamento, sino por sobre todo a poder ser partícipe de este cambio universal, de poder motivar, orientar, trasmitir y sembrar nuevas oportunidades para las niñas y mujeres ecuatorianas.
En este día especial y como parte de las mujeres que día a día se enfrentan a escenarios complejos, me permito felicitarlas y motivarlas a cultivar la fe en Dios y en ustedes, a ser valientes y menos auto flageladoras, amarse con locura porque son únicas, no dejar de formarse y aceptar los desafíos profesionales sin mirar tanto el currículum que se posea, porque el principal motor está en tu deseo de alcanzar la meta que te has propuesto y por supuesto no te olvides de sonreír.
Con afecto,
Mg. Verónica Sánchez Mejía
BARCELONA NEW ECONOMY WEEK
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